…y quién te ve, Isabel Pantoja. Esta semana he estado viendo el programa que, en su momento, te dedicó Lauren Postigo. Un espacio en el que se daba a conocer una figura emergente de la copla que venía apadrinada por Juan Solano y que interpretaba primeros éxitos como aquel del “pan tostaíto, migaíto con café” o ése del “qué bonita que es mi niña, que bonita cuando duerme…”. ¡Lo que puede traernos la vida!, ¿verdad? Porque yo creo que, con lo que te ha caído encima, habrás perdido hasta el sueño…
La verdad es que circulan sobre ti muchas “leyendas negras” pero, en honor a la verdad, mi experiencia contigo siempre ha sido positiva. Colaboraste conmigo en una edición de Fitur en Madrid (en la que promocionabas tu restaurante de Fuengirola, “La Cantora”), me concediste varias entrevistas –con la intermediación de tu por entonces pareja, Julián Muñoz-, y hasta interviniste telefónicamente en algún programa mío de televisión donde homenajeábamos a tu querida modista, Lina.
Sin embargo, la vida –supongo que con “algo” de tu intervención-, se ha cebado contigo y has pasado de ser una “estrella” de la copla a una presidiaria a la que, además, se denuncia por trato de favor dentro de la prisión. En unos años has cambiado tu libertad por unos imaginarios pero, a la vez, reales grilletes y las cámaras han pasado de fotografiarte sobre los escenarios a tomar instantáneas tuyas en la comisaria o saliendo de los juzgados. Andar malos pasos nunca lleva a ningún halagüeño destino…